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REIVINDICACIÓN DE LA SEGURIDAD OCUPACIONAL

REIVINDICACIÓN DE LA SEGURIDAD OCUPACIONAL

Por Luis Felipe Sexto

 Ejemplos sobran de cómo ante una situación crítica aparece el dinero para suplir correctivamente una deficiencia, cuando se hubiera necesitado sólo un porciento de ese dinero de haberse actuado de manera preventiva. Escasez de recursos y dinero: argumento o pretexto que explica, más no justifica, los vacíos en la seguridad ocupacional.  Por ejemplo,  en una misma entidad se detectaron más de 70 violaciones de seguridad y las causas, en su mayoría, no requerían inversiones para ser conjuradas. Personalmente, he podido constatar en varias empresas innumerables peligros sin atención, resultado preferido de la desidia.  Un poco más de 300 000 personas trabajan en las empresas de Ciudad de La Habana donde se corren mayores riesgos laborales y donde 17 personas perdieron la vida y 1285 resultaron lesionadas  por accidentes de trabajo, sólo durante el primer semestre del 2002, por citar un ejemplo. Lo más alarmante es que, comparativamente, desde hace seis años la curva de gravedad no experimenta  un descenso.  “Violaron lo establecido”, “descuidaron la seguridad”, aluden, generalmente, los responsables de seguridad ante accidentes fatales e innecesarios. Tal planteamiento conduce subliminalmente a pensar que las víctimas son las culpables, casi por completo, de su desgracia. Entrevistas con grupos de trabajadores de empresas industriales reflejan, que no pocas veces, ante la pregunta de qué hacen los responsables de seguridad en el trabajo antes y después de un siniestro, la respuesta consensuada deja mucho que desear: Antes, “cobrar el salario”; después, “asegurarse de quedar limpios de culpa”.  Este enfoque parcializado y excedido, claramente, no puede interpretarse al pie de la letra, porque justamente la verdad no se encuentra en los extremos, pero ¡cuidado! Algo no está bien. Los hechos lamentables y sostenidos resultan penosas  e inadmisibles señales objetivas. Todo trabajador debe conocer conscientemente  si en su área de trabajo están presentes los diferentes riesgos: Contacto eléctrico, contacto con materiales peligrosos, cambios de nivel, daño auditivo, quemaduras por altas temperaturas, contacto con partes móviles de las máquinas,  peligro de incendio, etc.; y también cumplir con las medidas de seguridad que van más allá del uso de los medios de protección y un curso introductorio de protección e higiene del trabajo.  Todas las entidades deben declarar públicamente, y hacer cumplir con celoso rigor, su política  de seguridad ocupacional como reflejo de cultura técnica,  respeto y responsabilidad social. Se precisa de la existencia, o el rescate, de la disciplina laboral, la formación adecuada para desempeñar las funciones de determinado puesto de trabajo y una estructura empresarial que se oriente eficazmente hacia la calidad, que es decir también competencia, supervivencia empresarial, seguridad y protección al medio ambiente. Sólo entonces, el mayor porciento de culpa en la accidentalidad podrá imputarse al personal imprudente. Las infracciones de la seguridad deben ser penalizadas. Pero lo importante no es hallar un culpable, sino evitar los accidentes. Si un trabajador puede violar las medidas de seguridad conciente o inconscientemente, sin ser requerido,  es porque, a todas luces, no se encuentra dentro de un sistema de seguridad ocupacional eficaz y orientado hacia la prevención. Por la alta sensibilidad, costo social y material  de esta problemática  se hace indispensable enfocar esta desviación como una urgente oportunidad de mejora y no manipular la observación crítica, como  pretexto de agravio y defender con ese subterfugio a los verdaderos responsables. 

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