¿¡FIN DEL PRINCIPIO DE PARETO!?
Por Luis Felipe Sexto
Una formulación aparentemente insólita ha sido declarada por la Sociedad Americana para la Calidad (ASQ), que propuso en el año 2003, sustituir el nombre del principio de Pareto por principio de Juran. ¿Quién no conoce o al menos ha oído hablar del principio de Pareto? Se trata de una técnica entronizada en la bibliografía y en la práctica industrial. Se extiende en la voz de millones de profesionales y técnicos de todos los continentes. Se trata de una herramienta que, en esencia, permite establecer prioridades y determinar elementos de influencia. Joseph Juran, posiblemente la persona que más contribuciones ha regalado a la gestión de calidad, da a conocer el principio en 1937. “Hace años yo di al nombre de Pareto a este principio de pocos vitales y muchos triviales. Me obligaron a que confesara que yo había aplicado el nombre equivocado. Esta confesión no cambió nada. El "principio de Pareto" ha continuado con fuerza, y parece destinado a volverse una etiqueta permanente para describir el fenómeno” –confiesa Juran en The Non-Pareto Principle; Mea Culpa, artículo publicado en 1975. Más adelante, en el mismo trabajo, declara: “Otros investigadores pueden haber estado bien conscientes de este principio universal, pero a mi conocimiento nadie antes lo había conceptualizado y escrito”. Fue precisamente la primera edición del Quality Control Handbook, en 1951, lo que determina que Juran decida bautizar con el apellido del economista y sociólogo italiano el criterio del 20-80, como también se le conoce. La intención era denominar con un nombre corto la regularidad que se cumplía en varios campos de la actividad humana con igual certeza. En honor a la verdad algunos autores contemporáneos, al caracterizar la técnica de Pareto, han agregado elementos no considerados originalmente y han atribuido a Vilfredo Pareto concepciones adicionales que no constan en su legado. Lo que en su momento fue un acto de respeto hacia Pareto -bautizar el principio con su nombre- no se ajusta a los hechos reales. La Sociedad Americana para la Calidad, en clara intención reivindicadora, quiere devolver el reconocimiento histórico al hombre que hizo posible que el nombre de Pareto le diera la vuelta al mundo con un enunciado que es ya patrimonio universal. A más de medio siglo de haberse publicado por vez primera el Quality Control Handbook, el principio de Pareto y su formulador, Dr. Joseph Juran, continúan siendo de los pocos vitales entre tantos triviales. Pero… ¿Podremos, a estas alturas, llamar principio de Juran al principio de Pareto?
En síntesis, las premisas que llevaron al enunciado del principio son las siguientes:
1. Numerosos investigadores, durante siglos, han observado la existencia del fenómeno de “pocos vitales y muchos triviales” y lo aplicaron a su esfera específica de actividad.
2. Pareto observó este fenómeno y lo aplicó a la distribución de la riqueza, y avanzó en la teoría de una ley logarítmica de distribución de los ingresos.
3. Lorenz, otro investigador, desarrolló una curva acumulativa para representar la distribución de la riqueza.
4. Juran fue (aparentemente) el primero en identificar el fenómeno de “pocos vitales y muchos triviales” como un principio "universal", aplicable a muchos campos.
5. Juran denominó "Principio de Pareto " a este comportamiento y también acuñó la frase "pocos vitales y muchos triviales". También aplicó la curva acumulativa de Lorenz para representarlo gráficamente.
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